Tempo
Hay tiempo para todo. Tiempo justo. Tiempo relativo y aproximado. Pero el tiempo, tiempo es. Lento o rápido, justo, injusto, paciente, exacto, lejano, útil o en vano. Nos parece tantas cosas y nos pasamos la vida explicándolo.
El tiempo contiene; almacena momentos donde ocurren las ideas, las aberraciones y las ligerezas. Un recipiente de todos los líquidos; de los pensamientos más viscosos, de las noches con la compañía más bella y los rencores más belicosos.
El tiempo es un lugar donde nos refugiamos intentando encerrar a los segundos que se comen el futuro. Nosotros, perecemos ante su voluntad de continuar, sin explicar el por qué de su correr tan rápido en la felicidad, ni por qué tan lento cuando existe el llanto. El tiempo no conoce nuestras palabras, nuestro anhelos. Nos detiene y nos explica, No hay nada que pensar, sólo soy un lugar. Aquí nosotros decidimos qué sentimientos colocar, uno sobre otro, en una torre interminable de naipes, donde el último siempre puede derribar a los demás.
El tiempo se expone, se deja manipular. Nos engaña. Nos permite colocar nuestras ideas, nuestros lugares, nuestros instintos y nuestras personas. Ese tiempo es nuestro, siempre el mismo. Un triángulo reutilizable por ocasiones infinitas que siempre terminan por abrumarnos. El tiempo no crea retratos, ni lugares favoritos, ni amores, ni amistades. El tiempo no nos recuerda y nosotros insistimos siempre en recordarle lo que fuimos.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home