lunes, marzo 29, 2010

Baúl

Los últimos días, he tenido la fortuna de trabajar demasiado. Quizás el trabajo se convirtió en el eje rector de mi vida por unos meses. Tal vez, lo seguirá siendo. Pero hoy tengo la oportunidad de encontrar el descanso. Un descanso que siento merecer, como pocas veces.

Si alguien de ustedes pudiera estar unos minutos en mi cabeza, jamás encontraría una sola idea suelta. Por ejemplo, hoy quisiera aprovechar para hablar la película que vi y me gustó, “The Blind Side”, sin embargo, quisiera también hablar de los que se fueron.

Aquellos que se fueron, los que en algún punto de mi vida fueron casi todo y que ahora son casi nada. O los otros que siempre se van, pero también irremediablemente están. Pero hoy, en realidad, quisiera hablar de las que se van y se les agradecería nunca volver. De las que es latente su regreso, tanto como lo fue su partida. Un detonante en cámara lenta que promete volverse mudo antes del estallido. Con recuerdos en el centro de un espiral acuoso que, apenas tocado, se vuelve difuso. Son todas aquellas ideas que esperan caer en coma y nunca llegar al papel.

Si no vuelven les prometo un sacra sepultura; al lado de los recuerdos de la niñez, entre los peores traumas y las más grandes amarguras. Estén seguras que de ahí, jamás las traeré.

lunes, marzo 22, 2010

Este post se niega, rotundamente, a ser publicado.

Desde hace mucho que he dejado de escribir para un blog. Es más, creo que dejé de hacerlo cuando tuve que escribir por mandato, no por imposición. Pero recibir dinero por escribir realmente puede ser un dolor de cabeza. Quizás por eso me alejé de las posibles publicaciones, editoriales, concursos y de todo ese “mundito” que significa los escritores. A mi me gusta leerlos, analizarlos, degustarlos. Pero hablar con ellos, frente a frente, tal vez no es lo mío.

Los lectores de este blog, para el momento de esta publicación, deben ser escasos, si acaso dos amigos despistados. ¿Por qué? Sólo no pudieron quitarse la curiosidad de qué demonios habría escrito ahora. Hace ya algunos meses, saqué mi cuenta en wordpress. Sin embargo, quería un mejor diseño gráfico de la página y se me olvido pedirle a alguien que me ayudara. Ahora, hago este post, para un blog triste y desamparado.

No prometo volver a escribir pronto, porque son promesas que quizás no pueda cumplir. Lo que si prometo, es que si este blog ha de morir de algo, no ha de ser de hambre de palabras. Porque las palabras no se han detenido de mis dedos, siguen fluyendo, en las hojas que jamás serán publicadas.

El hecho de publicar, se volvió un proceso de autoflagelación por la ausencia de la perfección literaria digna de imprimirse y ser leída. Un rictus de dolor en cada palabra que pudo y no fue colocada de la mejor manera. Del que hubiera sido, si las palabras se hubieran resbalado de distinta manera sobre la hoja. Sin embargo, no hay mejor manera de explicar algo sino con palabras.

Si alguien se había preguntado donde estuve, sigo aquí. Estoy tan sólo como en un inicio y tan acompañado como siempre. Con las cabeza que, de vez en cuando, se enfrenta a un ciclón que deja a su paso un montón de ideas incoherentes que se visten de palabras desnudas, todo…sigue aquí.

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